viernes, 22 de octubre de 2010

Me rindo. Dios, tú ganas.

No sé si es azar, o el mundo se mueve por los designios de un ser todopoderoso y sobrenatural. Solo espero que no, que solo sea que tengo mala suerte. Porque si no nunca vamos a hacer las paces, me gusta demasiado el pecado.

                                         No es mi culpa que Dios crease las rosas con espinas

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